Respuesta a: [:es]Tema 1: Derecho a la tierra: asuntos fundamentales. [:]

#1814
Cuenta administradora
Superadministrador

Información Conversatorio CINEP

Javier Medina_CINEP

Presentación

Buenas tardes amigas y amigos que están participando del Foro en línea sobre Derechos a la Tierra y Género. Soy Javier Lautaro Medina, trabajo en el CINEP/Programa por la Paz, una organización no gubernamental colombiana con más de cuarenta años de hacer investigación en ciencias sociales,produciendo información sobre el conflicto, la paz y las movilizaciones sociales en nuestro país, y además haciendo una acción preferente por los pobres, haciendo acompañamiento de comunidades rurales y urbanas en todo el país, apoyando sus procesos de garantía de derechos humanos.

Por otro lado, el CINEP actualmente es el punto focal sobre el tema de derecho a la tierra y mujeres rurales de la Coalición Internacional por el Acceso a la Tierra en la región de América Latina y el Caribe, ILC por sus siglas en inglés. Eso quiere decir que el CINEP está coordinando un grupo de acciones muy importantes que desarrollan los miembros de la ILC en la región en cada uno de los países: acciones de investigación, de construcción de información, de acompañamiento y formación con organizaciones de base de mujeres o mixtas; procurando articular estas acciones en el marco de una agenda política propia a favor de los derechos de las mujeres rurales.

Sobre la situación de los derechos de las mujeres rurales.

A nivel latinoamericano podemos decir que existe sin duda un avance en la incorporación de legislaciones garantistas de los derechos de las mujeres rurales en términos de titulación conjunta y acceso a la tierra e incluso priorización en ciertos programas de redistribución de la tierra. Sin embargo, aún persisten y subsisten muchas dificultades para que los derechos de las mujeres rurales sean garantizados.

Este tema que tiene muchos factores que pasa por el tema social y tema cultural. Existen importantes estudios en América Latina al respecto que han mostrado en los regímenes de tenencia la preferencia masculina al momento de heredar, se evidencia ahí el tema cultural pero también hay un tema de política pública en la que no se ha tomado en serio la problemática de las mujeres rurales. No solo son temas culturas y sociales sino que ha existido una cierta inacción de parte de los gobiernos de nivel nacional e incluso de niveles regionales para garantizar estos derechos. Creo que eso empieza por tener en cuenta lo siguiente:

• Desde nuestra apuesta como red de la ILC, tanto nuestras apuestas institucionales, consideramos que es importante tener una perspectiva de derechos, y esta perspectiva ya marca un derrotero de la política pública, y es que hay unas obligaciones del Estado para garantizar, para proteger, para promover el derecho a la tierra, el derecho a vivir una vida libre de violencias, los derechos sociales asociados al derecho a la tierra.

• La política pública debe tener un enfoque de género que implica valorar esas diferencias de las mujeres y en nuestro caso el de las mujeres rurales. Y en estos nuevos procesos que están ocurriendo en el mundo y en América Latina, tipo acaparamiento de tierras, tipo grandes proyectos extractivistas en nuestras regiones y también lo que se conoce como el cambio climático la política pública debería tener en cuenta las afectaciones diferenciadas que sufren las mujeres, en un contexto, como lo he mencionado, complejo. Las políticas públicas a pesar de que hay muchos actores interesados en trabajar el tema de los derechos de las mujeres (actores importantes, instituciones intergubernamentales), por lo general en todos los países latinoamericanos hay una instancia de derechos de las mujeres de nivel presidencial, sin embargo, la política pública parece que todavía le falta algo, falta mayor atención.

Ahora paso a hablar sobre los derechos de las mujeres rurales en Colombia.

Desde hace unos seis años en Colombia hemos venido hablando de las afectaciones que sufren las mujeres rurales. Una, por el hecho de ser mujeres enfrentan las afectaciones que nuestra sociedad desarrolla hacia las mujeres. Otra, por el hecho de ser rurales que ya implica una discriminación frente a sectores urbanos,sin querer afirmar,en todo caso,que los sectores urbanos están en las mejores condiciones porque también hay muchos fenómenos de pobreza y dificultad de derechos en los sectores urbanos. Y finalmente, las afectaciones derivadas del conflicto armado. Colombia está entrando en unos procesos muy importantes de paz, ya se firmó la paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y en estos días van a dar inicio los diálogos con el Ejército de Liberación Nacional.

En estos 60 años de conflicto armado las mujeres rurales sufrieron afectaciones muy graves, por el hecho de ser mujeres, por el hecho ser lideresas de procesos de resistencia en los territorios también fueron afectadas y amenazadas. También ocurrió que en muchos casos las mujeres fueron usadas como trofeo de guerra o para intimidar al adversario. Fue una situación muy grave que esperemos pueda ser superada y que estamos en Colombia iniciando este proceso. Pero para que pueda ser superada, para que efectivamente avancemos hacia una sociedad en paz, se requiere que los derechos de este sector de la población sean suficientemente reconocidos.

Suficientemente reconocidos implica dar una voz. Implica permitir la participación de las mujeres rurales: en los diseños de las políticas públicas, en la ejecución, comprender qué es lo que quieren, que política pública no sea hecha desde técnicos en las ciudades sino hecha desde las mujeres y con las mujeres rurales. Entonces, por un lado está el tema del reconocimiento, pero también implica una perspectiva amplia de lo que vamos a entender por el derecho a la tierra.

Las reformas redistributivas que no se han hecho en América Latina, o que se han hecho en muy pocos países de la región (en Colombia no), no pueden quedarse en el simple acceso a la tierra o empleo. Significan muchas más garantías para poder desarrollar proyectos de vida dignos en los territorios con las familias. Implica otra suerte de obligaciones de los estados, que para nosotros son muy importantes, por ejemplo:

1) En América Latina todavía adolecemos de estadísticas fiables y confiables que nos permitan hacer un seguimiento a la situación de las mujeres rurales.
2) El tema del trabajo no reconocido, la doble o triple jornada de las mujeres, no solo para el área rural sino también para las urbanas, pero que en el campo en todo caso se agrava.
3) El tercer tema es el de la remuneración en trabajos que no están necesariamente ligados en los predios en que viven.

Lo que he querido decir, es que hay un problema de acceso y redistribución que hay que solucionar y trabajar fuertemente en ello. La experiencia o lo que hemos podido ver en Colombia, es que, cuando se promueve ese acceso a la tierra y esa redistribución por medio de asociaciones de mujeres, en solidaridad, trabajando conjuntamente los resultados, son mucho mejores. Sin embargo, también hay que generar otra serie de garantías (seguramente quienes están oyendo esta transmisión las conocen), relacionadas con el acceso a crédito, acceso a tecnologías, a medios de vida suficiente, acceso a semillas, que en nuestro concepto, una política pública que reconozca la voz de las mujeres rurales no es tan difícil que contemple todos estos elementos mencionados.